Trabajo realizado por Stéfano Massei.
Distintos enfoques, maneras de mirar o puntos de vista.
Supongamos el caso de una familia tipo que vive en un departamento de una zona lujosa en un barrio importante de Buenos Aires.
El núcleo familiar compuesto por madre, padre, hijo e hija está íntimamente unido por lazos afectivos sólidos y por una historia fuerte donde el protagonista, el hijo mayor, ha sufrido una enfermedad grave que lo obliga a tener estrictos cuidados con respecto a su salud. La familia recibió su departamento a raíz de una herencia, lo cual fue una bendición para ellos, debido a que, por los costos del tratamiento del hijo, habían tenido que vender su casa. Además pudieron así mudarse a Buenos Aires, donde los tratamientos médicos eran más avanzados. Madre y padre trabajan todo el día; la hija estudia, es una excelente alumna, y en sus ratos libres ayuda a atender el kiosco de una amiga para ganarse algún peso para sus necesidades. El hijo mayor, imposibilitado para el trabajo fuera del hogar por su enfermedad, pasa el día en el departamento, haciendo traducciones vía internet por lo que recibe algún dinero con el que colabora con la economía familiar. Es una familia con intereses comunes, feliz, agradecida, donde prima el sacrificio, que vive en armonía, que pasa horas trabajando, que tiene problemas económicos, de salud y cuyas salidas son escasas. Padre y madre son felices pero están agobiados por sus trabajos y siempre preocupados por la enfermedad de su hijo y por el futuro de su hija. La madre además siente que tiene derecho a otro tipo de vida, ve a las mujeres yendo al shopping, charlando y comprando y tiene deseos de hacer lo mismo. El padre está más resignado a la realidad. Esa es su visión interna.
Pero la visión externa cambia la forma de percibir a esa familia. Cada visión es subjetiva, por ejemplo, un familiar lejano, que no vive en la gran ciudad piensa que es una familia afortunada porque el tío les dejó el departamento de Buenos Aires a ellos y que seguramente aprovecharán el hecho de vivir allá para salir, disfrutar de teatros, cines, restaurantes, etc.
El médico de cabecera, puede pensar que el resto de la familia debería quedarse más tiempo en la casa cuidando del enfermo; por ejemplo, la hermana, podría atenderlo y entretenerlo en lugar de pasar tantas horas charlando en el kiosco de la esquina donde él la suele ver cuando visita al enfermo (sin saber que ella trabaja allí).
El encargado del edificio tiene una visión muy particular de la familia: piensa que son ricos porque han adquirido ese departamento, que padre y madre salen todo el día hasta altas horas de la noche y además no hacen nada ya que piden todos los días comida hecha, que el hijo mayor es un vago que duerme todo el día y que la hija es una callejera, y para colmo de males no le cuentan nada de nada (por ende son antisociables) y sólo intercambian con él unos correctos pero escuetos saludos.
Un vecino, piensa más o menos como el encargado del edificio porque ha sido influenciado por sus charlas, pero aprecia a la chica de otra manera porque sabe que estudia y trabaja y porque ella le gusta y se está enamorando, lo cual hace que empiece a desconfiar de la visión del portero y vaya cambiando su mirada hacia esa familia.
Como vemos, cada visión es diferente porque está empapada de subjetividad.
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